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La misteriosa Chichén Itzá


Chichén Itzá

Para los amantes de las culturas antiguas, el arte, la historia y la arqueología, Chichén Itzá es un verdadero tesoro. No sólo por su principal pirámide llamada El castillo de Kukulkán, sino especialmente por todas las cosas que rodean la historia de su construcción. Chichén Itzá, es hoy en día una de las principales zonas arqueológicas no sólo de México sino del mundo, y nos admirar la grandeza del pueblo maya. Es asombro el amplio conocimiento sobre arquitectura y técnicas de construcción que tenia esta civilización que poseía un calendario más preciso que el gregoriano y que conocía el cero, además de las precisiones de sus conocimientos astronómicos en los cuales basaban muchas de sus construcciones y templos.

La pirámide principal o de Kukulkán por ejemplo, es una joya arquitectónica, una maravilla del hombre para satisfacer a los dioses. Posee cerca de 30 metros de altura y era utilizada como centro ceremonial e instrumento para medir el tiempo. Cuenta con cuatro escalinatas de 91 escalones cada una, esto suma 364, más un templo en la punta, o sea, 365 escalones equivalentes al gran ciclo maya. Durante los equinoccios de primavera y otoño, se puede apreciar un fenómeno óptico maravilloso que representa como desciende la imagen de la serpiente por el borde de la pirámide al caer la tarde. Durante el solsticio de verano, sucede otro fenómeno fascinante. La mitad de la pirámide se encuentra en oscuridad mientras la otra mitad, permanece iluminada y cosa contraria sucede durante el solsticio de invierno, sólo que en lugar de ser a la salida del sol el fenómeno se aprecia a la puerta del sol.



Algo muy interesante en Chichén Itzá es el fenómeno acústico que posee la pirámide. Si uno se posiciona en frente de la pirámide del castillo y aplaude, el eco que se produce, no es un eco común y corriente, es un eco que se asemeja mucho al canto de un pájaro, especialmente el canto de un Quetzal. Esta ave era adorada por los mayas y representaba para ellos la fuerza creadora. Hoy en día es difícil pensar que dicho fenómeno acústico fue producto de la causalidad y es motivo de muchos estudios dentro de lo que se llama la arqueo acústica, una rama de la ciencia relativamente nueva pero interesante. 

En definitiva, Chichén Itzá, es un lugar mágico, atrapante y enigmatico, una joya que miles de personas visitan todos los años y que tras estar frente a ella enamora aún más.

Tips para visitar un museo

Museo Metropolitano de New York

Para los amantes de la cultura, los datos curiosos, los objetos invaluables, la historia, el arte y todas esas cosas, no hay nada mejor que visitar un museo. Claro, hay museos de museos, eso es indiscutible, pero nada más placentero que un buen museo. Pero como todas las cosas en la vida, hay ciertas recomendaciones que uno debería tener en cuenta para que la visita a uno de estos palacios de la cultura sea lo más gratificante posible. Así las cosas, aquí van unos cuantos tips para que disfrutes lo mejor posible la visita al museo de tu elección.

1. Tomarse su tiempo: Lo peor que le puede pasar a uno es visitar un interesante museo a las carreras. Tener que visitar las salas de un museo como si fuera una carrera de observación es poco aconsejable y por supuesto, la experiencia puede no ser igual de placentera. Así que lo mejor, mientras se pueda, es hacerlo sin prisa sin afanes y disfrutar cada momento en el reciento.

2. Informarse: Nada más impertinente que preguntar desesperada e insistentemente por cierta obra siendo que tan renombrado objeto no hace parte de la colección del museo en cuestión. Así que nunca cae mal una pequeña revisión de las colecciones y de las obras famosas que posee el museo que estamos visitando.

3. Ser organizado: Eso de andar por un museo sin rumbo alguno y sin ningún orden no tiene sentido. Lo primero siempre a tener en cuenta, es hacerse a uno de esos planos que entregan a la entrada del museo y ser organizado en la visita de las salas, no solo para ser organizado en el paso por ellas, sino para ahorrar tiempo porque el  paso una y otra vez por los mismo pasillos te hará perder tiempo valioso y por supuesto, te agotara fisicamente por lo cual es importante ahorrar energia para poder visitar todas las salas de museo.   

4. Tener paciencia: En especial en los días de fin de semana y festivos, la concurrencia de gente en un museo de renombre puede ser considerable. Por eso, hay que armarse de paciencia y respirar profundo. De todas formas, el estar frente a alguna de tus obras preferidas tan anhelada por ver, valdrá la pena cualquier esfuerzo.

5.  Atención a la pinta: Por lo general, los grandes museos son de un tamaño enorme. Así que si se quiere visitar la mayoría de las salas y no fracasar en el intento, lo mejor es pensar muy bien en la indumentaria que vamos a llevar. La mejor compañía será la ropa ligera y un buen par de zapatos lo más cómodos posibles porque de otra manera tus pies te pasarán la cuenta de cobro.

6. Tomarse su tiempo ante los cuadros: La gente se toma el tiempo que quiera frente a un cuadro. Algunos se demoran más que otros y hacen cara de alta concentración, pero no importa, afortunadamente no cobran por el tiempo que uno pase admirando alguna obra en particular, ni siquiera con la Monalisa, entonces, vale la pena disfrutar al máximo analizando o simplemente mirando los detalles de la obra que tanto esperaste por ver.

7. Escoger el día: Aunque es insólito pero puede suceder, es posible que hagas planes para visitar cierto museo en particular y te lleves la desagradable sorpresa que sus puertas no estén abiertas. Esas cosas pasan... por lo tanto, lo mejor que puedes hacer, siempre que quieras visitar algún museo, es verificar primero los días de apertura puede ser visitando su pagina del sitio web, ya que generalmente la mayoría de museos tiene uno o dos días de cierre en la semana para aspectos de tipo logístico y puedes evitar pasar un mal rato.

De todas formas, siempre queda una sensación fabulosa tras visitar un gran museo. La sensación es casi indescriptible cuando se ha estado frente a magnificos objetos que han hecho parte de la historia o han sido testigos de ella, y eso reconforta, así que pasala bien y disfruta de tu visita al próximo museo ya sea en tu ciudad o en algún otro lado del mundo. ¡Larga vida al arte y la cultura!


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