Chichén Itzá |
Para los amantes de las culturas antiguas, el arte, la historia y la arqueología, Chichén Itzá es un verdadero tesoro. No sólo por su principal pirámide llamada El castillo de Kukulkán, sino especialmente por todas las cosas que rodean la historia de su construcción. Chichén Itzá, es hoy en día una de las principales zonas arqueológicas no sólo de México sino del mundo, y nos admirar la grandeza del pueblo maya. Es asombro el amplio conocimiento sobre arquitectura y técnicas de construcción que tenia esta civilización que poseía un calendario más preciso que el gregoriano y que conocía el cero, además de las precisiones de sus conocimientos astronómicos en los cuales basaban muchas de sus construcciones y templos.
La pirámide principal o de Kukulkán por ejemplo, es una joya arquitectónica, una maravilla del hombre para satisfacer a los dioses. Posee cerca de 30 metros de altura y era utilizada como centro ceremonial e instrumento para medir el tiempo. Cuenta con cuatro escalinatas de 91 escalones cada una, esto suma 364, más un templo en la punta, o sea, 365 escalones equivalentes al gran ciclo maya. Durante los equinoccios de primavera y otoño, se puede apreciar un fenómeno óptico maravilloso que representa como desciende la imagen de la serpiente por el borde de la pirámide al caer la tarde. Durante el solsticio de verano, sucede otro fenómeno fascinante. La mitad de la pirámide se encuentra en oscuridad mientras la otra mitad, permanece iluminada y cosa contraria sucede durante el solsticio de invierno, sólo que en lugar de ser a la salida del sol el fenómeno se aprecia a la puerta del sol.
La pirámide principal o de Kukulkán por ejemplo, es una joya arquitectónica, una maravilla del hombre para satisfacer a los dioses. Posee cerca de 30 metros de altura y era utilizada como centro ceremonial e instrumento para medir el tiempo. Cuenta con cuatro escalinatas de 91 escalones cada una, esto suma 364, más un templo en la punta, o sea, 365 escalones equivalentes al gran ciclo maya. Durante los equinoccios de primavera y otoño, se puede apreciar un fenómeno óptico maravilloso que representa como desciende la imagen de la serpiente por el borde de la pirámide al caer la tarde. Durante el solsticio de verano, sucede otro fenómeno fascinante. La mitad de la pirámide se encuentra en oscuridad mientras la otra mitad, permanece iluminada y cosa contraria sucede durante el solsticio de invierno, sólo que en lugar de ser a la salida del sol el fenómeno se aprecia a la puerta del sol.
Algo muy interesante en Chichén Itzá es el fenómeno acústico que posee la pirámide. Si uno se posiciona en frente de la pirámide del castillo y aplaude, el eco que se produce, no es un eco común y corriente, es un eco que se asemeja mucho al canto de un pájaro, especialmente el canto de un Quetzal. Esta ave era adorada por los mayas y representaba para ellos la fuerza creadora. Hoy en día es difícil pensar que dicho fenómeno acústico fue producto de la causalidad y es motivo de muchos estudios dentro de lo que se llama la arqueo acústica, una rama de la ciencia relativamente nueva pero interesante.
En definitiva, Chichén Itzá, es un lugar mágico, atrapante y enigmatico, una joya que miles de personas visitan todos los años y que tras estar frente a ella enamora aún más.